Paseando por Sevilla, una capital hermosísima, una joya para los turistas, nos vamos con un grupillo de seres de ojos claros, boquiabiertas y sudorosos por el abundante sol que alumbra la ciudad. Ya cerca de la Catedral pasamos a tomar un café en uno de sus muchos bares. Eran casi cerca de las doce del día y los lugareños saboreaban su merienda y conversaban de generalidades sin consecuencias. En la hora de un café no se hablan cosas muy serias ni escabrosas.
Desde mi mesa escucho a una pequeña familia, padre madre y dos niños - uno de -diría yo de unos seis a siete años , morenito, ojos azabaches y de una mirada lucida, labios que riman con su cara y lo hacen hermoso y vivaracho como el que más - el otro una niña de unos diez a once años que seguía los rasgos de su madre - que con la ignorancia de turista me dije ella es una gitana, hermosa, pelo negro, largo que remataba sobre su cabeza en una rosa, con su peineta que la mantenía airosa y pregonando linduras – una chica muy mona y también muy expresiva y dispuesta a conversar y contar sus peripecias en la que informaba a los cuatro vientos que había estado de vacaciones cerca de Málaga.
Salto el pequeño inmediatamente al ruedo, yo, yo primero, tengo algo que contar que vi en una playa cerca de Calahonda.
La madre lo mira y lo alienta a contar su aventura, la niña con un fulgor en las pupilas mira al padre indicándole que no estaba “muy de acuerdo”.
El la mira sin ver y proyecta un ”no me metan a mi” en vuestros entuertos diarios.
Ella se calma y el chico comienza a contarnos. Yo y los otros parroquianos ponemos atención sin que se nos ocurra eso de ser fisgones.
Con mi padre fuimos el primer día a ver el mar y bañarnos. Encontré el mar medio frio y sus olitas nos hacían saltar para mantenernos en pie. Luego de un rato salimos a la orilla y el oleaje nos mantenía los pies mojados; corríamos y saltábamos por nada. Lindo, no me olvidaré de esa playa.
Ahí, a la orilla llegó un señor mayor a mojarse los pies y lo miramos con atención ya que tenía una cicatriz inmensa de un costado al otro de su estómago. De reojo miré a mi padre con la pregunta ¿qué le pasó a este tío papa?
Nos fuimos a las tumbonas a juntarnos con mi madre y hermana. A eso llega el señor este a sentarse con su mujer a un par de tumbonas cercanas a las nuestras. Lo miré nuevamente y él me sonrió, me avergoncé un poco, pero le sonreí también. Más tarde me lo encontré en la orilla, yo con mi balde y pala para hacer el castillo más grande visto en Calahonda y el con su monumental y llamativa cicatriz.
Una barriga sonriente…
Hola, me dijo y yo respondí por supuesto sin sacar mis ojos de la cicatriz aquella. El me dice quieres saber porque tengo esta cicatriz tan grande. Sí (un sí muy bajito) respondo. Bueno, veras en mis años mozos yo fui torero.No llegue a plazas muy importantes, pero me lucia con mis lances, con mis Banderillas y también llegué, no con mucha suerte, a Matador. Yo con unos ojos inmensos y oídos aún más grandes, dije ohhhh.Bueno, estaba con mi capa haciendo unos pases cojonudos cuando el torito este me cornea de pasada y me hiere del ombligo hasta casi el riñón derecho. Me dolió, pero un Torero valiente sigue con su faena. El público gritaba ¡TORERO, TORERO!, los colegas corrían y detrás del cerco me gritaban “Cuídate macho…”
Yo seguí con la faena. El torito este aprendió (yo creo eso hasta hoy) y uno de los capotazos al otro costado, este bruto me hirió del ombligo hasta el riñón izquierdo. Casi pierdo allí mismo todo mi estómago.
¿Verdad? Le pregunte.
Pues si chicotet, entre los gritos del público, me sacaron en camilla y me cosieron allí mismo en la enfermería del ruedo, en la Plaza de toros de Calahonda. Los Banderilleros me contaron que pa’ la costura usaron pelo del toro y reían a carcajadas.
No te creo interrumpe la hermana un tanto celosa.
¡Si, es verdad el mismo me lo dijo!
La cosa termino en un barullo tremendo y quedo en un Si y un No. Pasa en todas las familias.“Terminamos los caféses” y seguimos nuestra ruta por la ciudad.
Sevilla tuvo que se´!
J.Carras
Memorias de Calahonda. Oct-23
Mikel Nov 2022.